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Los distintos métodos de contracepción

El temor de los embarazos indeseados es muy difuso y, como todas las preocupaciones, puede ser un obstáculo al orgasmo y a la respuesta sexual femenina. Aquí describiremos los varios métodos de contracepción y los compararemos con el objetivo de facilitar la elección y reducir estas preocupaciones.

  • Connaître toutes les méthodes de contraception.
  • Choisir la meilleure méthodes n'est pas toujours aussi évident.
  • Los métodos de contracepción existentes

    Los métodos de contracepción son una parte importante de la sexualidad. El embarazo, cuando no es deseado, representa una preocupación importante para la mayoría de las mujeres, una preocupación que puede volverse fuerte al punto de afectar el goce y la respuesta sexual. Es por eso que es importante conocer el tema como se debe. Hoy en día, existen muchas dudas, mitos, falsas creencias y abuso respecto a estos métodos. Pues, vale definitivamente la pena echar un poco de luz sobre los varios métodos, sobre sus peligros, su seguiridad, sus ventajas, pero sobre todo su impacto sobre la sexualidad femenina y, tal vez, masculina también.

    Ante todo hay que decir que ningún método es seguro al 100%, ningún método es ideal. Desde los tiempos en que se sabe que cualquier relación sexual puede tener por consecuencia una gravidez, nunca se ha parado de buscar métodos ideales. Ninguno de ellos puede implicar al mismo tiempo todos los requisitos de ser barato, fácil de utilizar, inocuo, necesario y completamente seguro. Sin embargo existen seguramente método más seguro que otros o métodos que son preferibles según la situación, la persona y las exigencias.

    Algunos de estos métodos requieren la intervención de un médico, que, por supuesto, tiene que decidir siempre en función de las necesidades reales del paciente y debe aconsejar siempre basándose sobre hechos científicos, jamás sobre las bases de opiniones personales. En estos aspectos entran siempre en juego varios factores que el médico no siempre está en condición de analizar de manera óptima, hay que decir que la decisión final siempre le toda al paciente después que el médico ha expuesto claramente qué tipo de contraceptivo puede ser más indicado según el caso, las condiciones físicas y las exigencias. A veces estas decisiones se toman entre dos y no es claramente lo mismo cuando es la mujer que debe tomarlas sola.

    Otros métodos (como los preservativos masculinos o femeninos, los diafragmas, etc), suelen llamarse de barrera porque no sólo impiden los embarazos por medio de barreras, sino también algunos de ellos protegen de enfermedades de transmisión sexual. Existen además métodos naturales, que son por cierto los menos seguros, métodos químicos (como la píldora) que pueden tener efectos secundarios, y, en fin, métodos drásticos como la vasectomía, que, aun sin ser irreversibles, son arduos y comportan sus riesgos, siendo basados en la cirugía.

    Aquí en seguida enumeraremos todos los métodos más usuales, de los más naturales hasta los más drásticos. Obviamente nos limitaremos sólo a describir sus características y sus ventajas y desventajas generales, esta parte del programa debe considerarse sólo como una guía y no como un sustituto de una consulta médica o como medio para decidir cuál método adoptar, ya que esta decisión es muy subjetiva y puede variar enormemente según las exigencias, la edad, la vivencia sexual y las características físicas de cada cual.

    Métodos naturales

    Estos métodos se conocen desde las noches de los tiempos. Suelen llamarse "naturales" porque permiten (por lo menos en las intenciones) evitar la gravidez sin alterar las condiciones naturales que la hacen posible.

    El coito interrumpido

    Se trata del método más obvio y también del más viejo. Consiste en sacar el pene antes de eyacular, eyaculando fuera de la vagina. Este método puede funcionar a veces pero en general comporta varias desventajas tanto desde el punto de vista físico como de la vivencia sexual, ya que:

    • No es seguro: no sólo porque el hombre puede equivocarse y no sacar el pene en el momento justo, sino también porque pequeñas cantidades de esperma activo son segregadas por las glándulas de Cowper durante la excitación. Se trata de las así llamadas "pérdidas" masculinas. Este fluido puede contener cantidades de esperma que pueden potencialmente fecundar una mujer, aunque si con menos probabilidad. Además este método no constituye una protección contra las enfermedades de transmisión sexual.
    • A menudo es cáusa de insatisfacción: tanto para el hombre como para la mujer. En efectos el hombre podría retirar el pene mientras que la mujer está teniendo un orgasmo y esta es una experiencia nefasta desde el punto de vista de la vivencia sexual y muy negativa para la mujer. El uso habitual de este método puede ser una de las causas de la frigidez femenina. Para el hombre también es emotivamente nefasto. No sólo porque el momento de mayor satisfacción y la mejor ocasión para liberar todas las tensiones emotivas y desencadenar el goce sexual es precisamente durante la eyaculación, sino también porque este método requiere una disciplina, una concentración y una conciencia intensa en el hombre justamente en el momento donde este tipo de control está lejos de ser deseado y apropiado. Esto puede crear sentimientos de frustración. Es cierto que existe una técnica que permite al hombre tener un orgasmo sin eyacular, la técnica justamente de los orgasmos múltiples masculinos, descrita en programas como pene-sano.com, pero esta técnica no impide que pequeñas cantidades de esperma sean de todos modos emitidas y por lo tanto, aunque sea un excelente método de placer, no constituye un válido método de contracepción.
    • Puede tener consecuencias físicas: en efecto el hombre tiende a retener el flujo del esperma, a menudo sin preparación física para este género de técnica, lo que puede crear compensaciones musculares que pueden favorecer la inflamación de la próstata o de la musculatura perineal. A veces, a la larga, esta práctica puede causar hasta disfunción eréctil.

    Claro, el método tiene también sus ventajas, ya que es económico (de hecho gratuito), al alcance de todos, relativamente fácil y aplicable en cualquier momento. Pero por lo general es un método poco recomendado por causa de su elevada tasa de fracaso. En definitiva está desaconsejado y debería ser utilizado sólo en casos donde no se puede disponer de ningún otro remedio.

    El método del rítmo

    Se sabe que una mujer puede ser fecundada en un día específico que cae entre el el undécimo y el decimoséptimo día del ciclo. Pues el método consiste en evitar la relación sexual o la eyaculación en la vagina durante estos días de fertilidad. Sin embargo este método tiene una tasa de fracaso de 14% o por ahí. ¿Por cuál razón? Simplemente porque el ciclo menstrual no es regular como un reloj suizo. El método podría ser 100% seguro sólo si todos los ciclos menstruales fueran exactamente de 28 días y suponiendo que la mujer o la pareja tenga siempre exactamente la cuenta de los días fértiles. Ambas cosas son más bien improbables, sobre todo hablando de la regularidad del ciclo. Además existe siempre cierto riesgo hasta en los días que no son fértiles. La naturaleza es caprichosa y no somos máquinas. Este método podría funcionar durante años o errar el tiro al primer intento. Es como una ruleta rusa. En general es un método razonable, pero para nada garantizado.

    Claro, la medida de la temperatura basal podría ayudar. Es decir que la temperatura vaginal aumenta algo durante la ovulación. Midiendo esta temperatura es posible establecer con una mejor aproximación los días mayormente fértiles. Sin embargo este método requiere un control aún más escrupuloso y no siempre es fácil interpretar los resultados. Además, después la menstruación y hasta que la temperatura no aumenta no existe ningún medio de evaluación y no siempre el aumento de temperatura es consecuencia de la producción del óvulo, así como la ovulación no siempre es causa del aumento de temperatura.

    Igual que el método precedente, el método del ritmo también es accesible y tiene costo cero, pero debería ser utilizado sólo cuando el riesgo es relativamente razonable, por ejemplo en el caso de una pareja estable que, aun no deseando tener hijos todavía no tendría sin embargo, problemas en caso de embarazo eventual. En cambio, en situaciones donde la posibilidad de gravidez representa una preocupación mayor, es necesario elegir decididamente un método más confiable.

    El método de la ducha vaginal

    Este método se basa sobre el hecho que la acidez vaginal es hostil a la sobrevivencia de los espermatozoides. Pues, irrigar la vagina con agua y sustancias que incrementan este grado de acidez debería impedir la fecundación. Este método es altamente ineficaz, ya que sólo treinta segundos después la eyaculación el esperma ya se encuentra más allá del cuello uterino y de los puntos alcanzables por la irrigación. La eficacia de tal método es por lo tanto basada sobre elementos puramente fortuitos, es, una vez más, una especie de ruleta rusa y no debe por lo tanto ser tomada en consideración desde el punto de vista científico ni mucho menos práctico como medio de contracepción.

    La lactancia

    Es bastante común la creencia que durante la lactancia no existe ovulación y que una mujer no corre el risgo de embarazarse. Aunque si puede ser cierto que al inicio de la lactancia una mujer no puede tener ciclo menstrual y ovulación, es totalmente imposible prever cuando esta ovulación se establezca de nuevo. Una vez más es un juego de suerte, es cómo una especie de método del ritmo, pero más arresgado. Aparte todo, el método presupone que una mujer haya parido hace poco y no puede por lo tanto ser considerado general de ninguna manera.

    Los métodos artificiales

    Por métodos artificiales o no naturales nos referimos a todos aquellos métodos donde, para evitar la gravidez, se alteran o se impiden de manera artificial o química, las condiciones fisiológicas de la fertilidad. Estos métodos son mucho más seguros que los naturales, pero son también más costosos y pueden requerir la recomendación o la intervención del médico. En esta categoría de métodos entran los métodos de barrera, los métodos químicos, hormonales, ginecológicos o quirúrgicos. Los analizaremos uno por uno.

    Métodos de barrera

    El preservativo o condón

    Se trata sin duda del método más viejo, accesible y común. No requiere prescripción o consulta médica, tiene un precio mucho más contenido respecto a los demás métodos de barrera y es sobre todo el mejor método de contracepción en las relaciones sexuales ocasionales, donde, aparte el riesgo de gravidez no deseada existe también el de contagio de enfermedades de transmisión sexual. Los preservativos más comunes y usados son desde siempre los masculinos, pero existen también preservativos femeninos, aunque sean más costosos y menos comunes.

    A pesar de todas sus positividades, el preservativo tiene también sus puntos negativos. Ante todo reduce la sensibilidad en ambos sexos, desnaturalizando la relación sexual, además puede ser incómodo para el hombre e irritante para la mujer. Puede molestar, desconectar o causar preocupación en los hombres que tienen ansiedad de prestación o disfunciones eréctiles y presenta la desventaja de que el hombre tiene que estar bien excitado antes de ponérselo. Además puede caerse si ha sido mal puesto, o romperse si presenta imprefecciones de fábrica (más bien raras), si está vencido o si es mal utilizado (que es el caso más común). A pesar de estos efectos secundarios, los preservativos son ampliamente difusos y gozan de un excelente crédito.

    Como acabamos de mencionar, muchos de los inconvenientes del preservativo pueden ser evitados si el uso del mismo es correcto. No es cierto que un preservativo se puede romper fácilmente o caerse en los casos de pérdida parcial de erección. Cuando el preservativo se cae es porque no ha sido correctamente puesto. Este debe ser desenrollado totalmente y cubrir toda la extensión del pene. Muchos hombres se lo ponen sólo parcialmente o tienen la costumbre de estirar la piel del prepucio después de habérselo puesto y eso provoca una puesta parcial hasta después que el preservativo haya sido puesto correctamente.

    Si el preservativo se rompe eso es casi siempre debido a la presencia de aire en su interior después que se haya puesto. Hay que tener particular cuidado en quitar totalmente el aire del preservativo antes de ponérselo. Esto se obtiene agarrando la punta del reservorio (que es la puntica del condom donde se deposita el esperma) y haciendo girar el anillo del preservativo, en otras palabrias enrollando la parte saliente del mismo. Si el preservativo se pone sin que haya aire en su interior no hay ninguna posibilidad de que se rompa, a menos que esté vencido o tenga grandes defectos de fábrica, lo que es bastante improbable. Además debería cambiarse por cada penetración, un mismo preservativo no puede ser utilizado más de una vez y tiene que ser sustituido después la eyaculación.

    En definitiva el preservativo es un método con una alta tasa de seguridad, puesto que se utilice correctamente y tenga un nivel de calidad acceptable. Existen preservativos con varios grados de sensibilidad, de sabores y hasta de dimensiones.

    Espermicidas

    En general, los espermicidas son todas aquellas sustancias que, de varias maneras, tienen la acción de matar a las células espermatozóicas impidiendo así la concepción. Pueden presentarse en forma de cremas, gel, nebulizadores, espumas o supositorios. Puede hasta formar parte de las sustancias lubricantes de los preservativos. A menudo tienen también excipientes que impiden la entrada de los espermatozoides en el cuello uterino. A pesar de los seguros que parecen, ellos no constituyen un método eficaz de contracepción y no protegen de las enfermedades de transmisión sexual. Sólo aportan un nivel razonable de seguridad con respecto al riesgo de gestación, pero, por el momento no se ha alcanzado, mediante este método, un alto nivel de seguiridad. Pueden sin embargo ser utilizados en combinación con el condón u otro método de contracepción.

    Además casi todos los espermicidas saben a medicamento y por lo tanto pueden interferir en muchas expresiones de la sexualidad, especialmente las orales. En algunas mujeres el uso de espermicidas resulta irritante y eso vale también para los hombres.

    De todos modos el método está en proceso de constante mejoramiento, esperemos pues que en un futuro relativo se transforme en uno de los más utilizados, también porque es un método simple, que no requiere ningún tipo de control médico y no presenta las incomididades del preservativo. Más aún ideal sería que sacaran un producto que fuera a la vez espermicida y "viruscida", capaz de impedir también el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Pero eso es aún ciencia ficción.

    Contraceptivos de barrera ginecológicos

    El diafragma

    El diafragma es un dispositivo que se introduce en la vagina, tiene una forma semiesférica y está hecho de goma fina, con un anillo metálico flexible y recubierto por la misma goma.

    Tiene la acción de impedir que los espermatozoides alcancen el cuello uterino. Normalmente se utiliza en conjunción con cremas espermicidas y representa un medio más seguro respecto a estas últimas solas.

    El método no requiere intervención médica y está relegado al buen uso que se hace de él, porque no sólo tiene que estar puesto correctamente y acompañado por el uso de espermicidas, sino también debe ser aplicado por lo menos dos horas antes del coito y quitado al menos siete horas después (que corresponde al período de eficiencia de las sustancias espermicidas). Si se aplican estas medidas de manera disciplinada, el método es bastante seguro.

    Pero es en todo caso incómodo, porque requiere una premeditación del acto sexual, no puede ser utilizado al último momento y por lo tanto quita la espontaneidad de muchas relaciones sexuales que a menudo requieren un mínimo de factor imprevisto. Además algunas mujeres pueden sentir irritación durante el coito y algunos hombres encuentran incómodo el contacto del pene con el diafragma. Puede reducir las sensaciones y requiere espermicida, pues todas las sensaciones desagradables descritas arriba se aplican aquí también. Además, la presencia de espermicida puede producir una lubricación innatural con consecuente pérdida de sensibilidad.

    La esponja

    Este dispositivo es muy parecido al diafragma, pero tiene dimensiones reducidas y es más suave, por lo tanto ha sido concebido con el objetivo de reducir las molestias del diafragma. Se usa de manera parecida, pero, contrariamente al diafragma, sólo se usa una vez, no puede ser utilizado más que una vez, al igual que el preservativo. Y éste también debe ser utilizado en combinación con sustancias espermicidas.

    Como el diafragma, se debe poner con antelación, puede retirarse sólo siete horas después del último acto sexual y puede quedarse en la vagina durante un máximo de 48 horas, luego debe quitarse en todo caso y eventualmente debe sustituirse.

    Algunas parejas, a pesar de las mejorías con respecto al diafragma, han tenido molestias igual. Además muchas mujeres dicen que la esponja interfiere con la lubricación vaginal, quizá por absorción.

    La eficacia de este método es discutible, ya que no ha resultado tan prometedor como parecía. Tanto el uso como las posibles incomodidades no lo ponen en posición mejor respecto al diafragma. Es necesario pues actualizarse con un ginecólogo antes de adoptar tal método.

    Dispositivos intrauterinos (espirales)

    La espiral es un método bastante común (al punto que muchas mujeres lo llaman simplemente "el contraceptivo"), sin embargo, a diferencia de los demás métodos que hemos descrito hasta ahora, requiere la intervención médica, ya que una parte de este instrumento se introduce dentro del útero.

    Su principio de funcionamiento es simple: al ponerlo dentro del útero queda asomado en las extremidades del cuello uterino y estando también en contacto con las mucosas uterinas, estimula la capacidad de destrucción que tienen ciertas células de defensa del organismo (macrófagos), impidiendo la entrada de cuerpos ajenos (en este caso los espermatozoides).

    El método tiene una tasa de seguridad bastante alta, no impide la excitación y el orgasmo y si el dispositivo tiene buena calidad, no interfiere con la actividad sexual. Sin embargo también tiene sus inconvenientes: ante todo puede ser irritante para algunas mujeres, puede aumentar las emorragias menstruales, provocar dolor abdominal, dolores y calambres al útero durante el orgasmo y es propenso a provocar inflamaciones. No puede ser utilizado por mujeres muy jóvenes como las chicas en pleno desarrollo y no se recomienda en casos de vaginas cuyo cuello uterino es pequeño o estrecho. Y siempre requiere la intervención médica, tanto para ponerlo como para quitarlo.

    De todos modos se introduce con relativa facilidad y no se requieren anestesias. Lo que se asoma fuera del cuello uterino es en realidad un hilo que generalmente no es perceptible (aunque si tal vez puede ser irritante para el hombre y provocar lesiones al glande) y sólo sirve para controlar la correcta colocación del dispositivo.

    Existen varios tipos de dispositivos intrauterinos, hasta con distintas funciones, algunos menos irritantes que otros según la mujer. Pues es necesario que la paciente establezca con el médico el dispositivo más idóneo y que esté consciente de todos los posibles efectos que pueden ocurrir, por ejemplo el efecto normal del incremento de la emorragia menstrual, pero existen otros efectos también. La primera cosa que se debería hacer es por lo tanto establecer si somos idóneas a estos tipos de contracepción. No todas las mujeres lo son.

    Métodos químicos y hormonales

    La famosa píldora

    La píldora posee la mayoría de las veces acciones hormonales que pueden influir sobre la respuesta sexual, especialmente hablando de las píldoras de antes, que contenían dosis masivas de hormonas. Hoy en día estos fármacos se han mejorado mucho y los efectos secundarios sobre el placer sexual son hoy mucho menos frecuentes.

    El principio en qué se basa la píldora es inhibir la ovulación de manera temporal y reversible mediante altas dosis de hormonas femeninas, como las estrógenos y la progesterona.

    Las píldoras, en vertu de sus mismas acciones, interfieren sobre el ciclo menstrual provocando a veces la amenorrea, es decir la falta de menstruación al final del ciclo. Puede además causar cansancio, depresión, falta de libido, nausea, dolor de cabeza, aumento de peso corporal, aumento de pelos, dolor y aumento del volumen de los senos, aumento de la tensión arterial y calambres en las piernas.

    Generalmente los efectos secundarios no tienen mucha importancia y desaparecen en dos o tres meses. En caso que continuaran habría que consultar el médico para interrumpir eventualmente el tratamiento. En todos los casos es necesario establecer con el médico la idoneidad de este método ya que no es apropiado para todas las mujeres. Cuánto más bajas son las dosis hormonales, tanto menores serán los efectos secundarios.

    Sin embargo la píldora, junto al método quirúrgico, es el sistema de contracepción más seguro, pero no sin consecuencias, tratándose de un fármaco a base de hormonas. Debe utilizarse antes de los 35 años ya que a partir de esta edad el risgo de enfermedades tromboembólicas y de infartos del miocardio es multiplicado por cinco, sobre todo si la paciente fuma. Después de esta edad se aconseja de utilizar preparados con muy baja dosis hormonal.

    Además se ha hablado de relaciones entre las píldoras y varios tipos de cáncer, ya que las extrógenas tienen cierta influencia en los cánceres de mama y del útero. En todo caso no existe ninguna prueba científica del hecho que el uso de la píldora aumente la incidencia del cáncer.

    Con respecto a la fertilidad, esta se recupera bastante rápidamente después la interrupción del uso de la píldora.

    En definitiva el método de la píldora es siempre más seguro y menos enclín a provocar efectos secundarios o enfermedades a largo plazo. Con respecto a nuestra opinión personal, desaconsejamos este método. Primero porque el hecho que no se haya nunca demostrado una relación con el cáncer no quiere decir que ésta no exista, por lo menos hasta que no se demuestre lo absoluto contrario. Además, considerando los efectos secundarios opinamos que el método, a pesar de su seguridad, constituya un maltrato inecesario al cuerpo. Claro esto es sólo el fruto de una opinión personal que no tiene bases científicas. Por lo tanto la opinión médica y su buen sentido deberían decir la última palabra.

    La micropíldora

    Es como la píldora, pero no contiene estrógenos, sino sólo gestagenas. La idoneidad de su uso debe establecerse con el médico.

    Métodos postcoitales

    Se utilizan como medio de emergencia tras una violación o el fracaso de un método contraceptivo. Pueden ser tanto químico (administración local de estrógenos), como de barrera (inserción de un dispositivo), método mayormente poco recomendado por la presencia de varias contraindicaciones.

    Métodos quirúrgicos

    Estos métodos son seguramente los más seguros en lo absoluto con respecto a la contracepción, aunque si, como se puede imaginar, tienen un precio que pagar porque cada intervención quirúrgica tiene características drásticas y puede tener sus complicaciones. Generalmente los métodos quirúrgicos se aconsejan a las personas que ya tienen una larga relación, han tenido uno o varios hijos y no desean tener más. En cambio no hay razones suficientes para utilizarlos como simple medio de contracepción cómodo e irreprensible. Pues, si usted busca un método contraceptivo temporal la vía quirúrgica no está para nada aconsejada, a menos que usted no esté convencida que no desea tener hijos, ya que el riesgo de quedarse estéril es real. Aunque si en la vida siempre se puede cambiar de idea...

    A continuación vamos a describir los varios métodos.

    La esterilización tubárica

    Este método quirúrgico es reversible, en el sentido que, una vez hecho, si una mujer desea volver a ser fértil puede restaurar su estado original. La esterilización tubárica consiste en unir o seccionar las trompas de Falopio de manera que la mujer no pueda quedar embarazada. El método mayormente empleado por su seguridad es la electrocoagulación de un segmento de las trompas, seguida de una sección.

    En un momento ulterior, si la mujer desea volver a ser fértil, puede someterse a una nueva operación donde las trompas son juntadas de nuevo.

    El método en sí ofrece resultados totalmente seguros respecto a la contracepción, pero la desventaja es que el método es muy violento (todas las cirugías son violentas), no es muy simple de realizar y requiere anestesia general. Además no es muy barato y para volver a un estado fértil hay que hacer una segunda operación otro tanto cara.

    La vasectomía

    Este es otro método reversible pero esta vez se aplica al hombre. La vasectomía es una intervención que se hace en los canales deferentes(1) (ver figura). Consiste en cortar los vasos deferentes en el interior del escroto para juntarlos, o en asportar una parte de ellos. De esta forma se impide que los espermatozoides alcancen los otros órganos masculinos como las vejigas seminales y la glándula prostática. El hombre esterilizado es aún capaz de eyacular, pero en su fluido no hay espermatozoides. Estos últimos, no pudiendo salir de los testículos, son destruidos y absorbidos al igual que todos los demás espermatozoides que no son eyaculados. El semen que sale de un hombre esterilizado aparece exactamente como el de un hombre fértil. La diferencia se ve sólo al microscopio. Si luego el hombre se arrepiente y desea ser fértil otra vez, puede siempre someterse a una nueva operación, donde los vasos deferentes son restaurados a su estado original.

    La vasectomía no tiene efectos sobre la libido o la potencia en general, pero sigue siendo una intervención quirúrgica y como tal es mejor evitarla a menos que uno no esté completamente seguro de lo que quiere hacer. Pero el futuro es incierto y lo que queremos hoy con seguridad no siempre corresponde a lo que querremos mañana. Es un poco lo mismo que la esterilización tubárica, aunque si quirúrgicamente es más simple, ya que no es necesaria la anestesia general, como en el caso de las mujeres, sino sólo la local.

    La histerotomía

    Esta es la operación más drástica en lo absoluto y aunque si tiene como efecto la interrupción de la fertilidad, está muy lejos de ser considerada como un método de contracepción. La describimos aquí sólo para proporcionar una información completa ya que generalmente se usa para alcanzar otros objetivos y tiene por resultado una esterilidad irreversible. Se trata, en efecto, de extirpar completamente el útero y los ovarios.

    Claro, la operación se efectúa generalmente en mujeres maduras que tienen problemas de útero u otros problemas y que están cerca de la menopausia o que ya la han superado. Se hace estrictamente para razones médicas y nunca anticonceptivas.

    Hay que decir que una tal intervención crea una especie de "menopausia quirúrgica" que puede tener efectos sobre la sexualidad y la personalidad, así como pasa con la menopausia fisiológica. Por lo tanto es por esta razón que nunca debería hacerse con objetivos contraceptivos, ni tan siquiera a las mujeres que están profundamente convencidas que no quieren tener hijos.

    De todos modos los efectos de esta menopausia artificial pueden ser tratados de manera bastante eficaz con la toma de estrógena y progesterona sustitutivas, como en el caso de la menopausia natural. Sin embargo no todas las mujeres presentan trastornos sobre aspectos de la sexualidad o sobre el estado de salud general tras una histerotomía o una menopausia. Por lo tanto es oportuno discutir con un ginecólogo la posibilidad de una eventual terapia sustitutiva.

    (1) Los vasos deferentes tienen la función de transportar los espermatozoides de los testículos (donde son producidos), a los demás órganos del aparato genital. Directamente conectados con los epidídimos, pasan a través del escroto donde conducen los espermatozoides a la vejiga seminal y a la glándula prostática, donde se mezclan con otros fluidos producidos por estos órganos, formando el esperma (o el semen). La longitud de cada vaso deferente es aproximadamente unos 40-45 centímetros. {regresar arriba}

    La differenciación sexual