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El músculo pubococcígeo y las técnicas Kegel para una buena respuesta sexual

El músculo pubococcígeo se encuentra a la base no sólo de una buena sexualidad en ambos sexos, sino también de una buena salud urogenital.

  • Las técnicas Kegel mejoran la salud urogenital.
  • El músculo pubococcígeo desempeña un papel central en la sexualidad.
  • Importancia de la músculatura piramidal y perineal.
  • Los ejercicios Kegel previenen la incontinencia y el prolapso uterino.
  • Músculo pubococcígeo y musculatura perineal

    El músculo pubococcígeo, las técnicas Kegel y el conocimiento exacto del papel desempeñado por el grupo muscular y piramidal del aparato urogenital tienen una importancia central no sólo en la sexualidad femenina y masculina, sino también en la buena salud del aparato.

    Hemos visto además en la página sobre la diferenciación sexual que la mujer posee órganis homólogos a los masculinos que desempeñan un papel clave en la respuesta sexual y en algunos tipos de orgasmos, como el orgasmo del punto G y la eyaculación femenina.

    Aquí hablaremos especialmente de la grandísima importancia que tiene el músculo pubococcígeo, especialmente en el contexto de la músculatura perineal y piramidal.

    Generalidades

    El músculo pubococcígeo - que por abreviación y familiaridad llamaremos músculo PC - tiene una importancia capital tanto en relación con la salud y el correcto funcionamiento del aparato urogenital, como con la calidad del placer sexual en la mujer y la resistencia sexual en el hombre.

    En realidad este músculo forma parte de un grupo muscular más grande, llamado grupo piramidal, constituido también por el músculo pubovaginal y puborectal, músculos que controlan los esfínteres urinarios y fecales. El PC es el músculo más externo de este grupo, es decir el músculo que envuelve estos otros. El músculo PC se extiende desde el hueso pubiano hasta el cóccix, al cual está atado a través del músculo ileococcígeo. En la figura 1 podemos ver el grupo piramidal insertado en su contexto anatómico. En la figura 2 podemos notar que el conjunto de los músculos piramidales recuerda dos U una dentro de la otra y contenidas ambas en una V que las cierra. En la figura 3 tenemos una vista lateral del grupo piramidal donde se nota con claridad que el músculo PC está sobrepuesto a los músculos pubovaginal y puborectal. Y finalmente, en la figura 4 podemos observar las diferencias existentes entre la musculatura perineal masculina y la femenina, que realmente no son muchas, es decir el hombre no tiene el músculo vaginal y el músculo tensor que sirven justamente para las funciones vaginales. Además, en la figura 5 podemos ver la localización exacta del músculo PC en su conjunto muscular.


    Figura 2: Posición del músculo pubococcígeo en la musculatura piramidal (click para agrandar)



    Figura 3: Vista lateral del grupo piramidal (click para agrandar)


    Cuando este músculo es débil o poco desarrollado puede causar orgasmo precoz en el hombre e incapacidad de controlar la duración y la calidad de las relaciones sexuales. En la mujer en cambio, esto significa poco placer sexual y a menudo incapacidad de alcanzar el orgasmo vaginal, a veces hasta del clitorídeo o del punto G. En ambos sexos, una insuficiencia grave de este músculo puede llevar, a lo largo, a una incontinencia y, en la mujer, también al prolapso uterino, o sea, el descenso del útero en edad avanzada. Se dice que el 80% de los problemas de incontinencia dependen de una insuficiencia del músculo PC. Además, la debilidad de este músculo puede también causar problemas durante el parto. Este hecho ha sido igualmente subrayado por Kegel y otros. Hoy en día, muchos médicos prescriben ejercicios prenatales para fortalecer el músculo.

    Cuando, en cambio, el músculo PC se encuentra en forma y está bien desarrollado, no sólo es posible prevenir problemas de incontinencia y de prolapso uterino, sino también se puede mejorar decididamente el rendimiento y la vivencia sexual. El hombre puede vencer el orgasmo precoz de manera definitiva, como si nunca hubiese tenido el problema, y puede llegar también, gracias a un entrenamiento adecuado, a controlar plenamente la duración de sus actos sexuales y hasta desarrollar la capacidad de tener orgasmos múltiples, es decir orgasmos sin eyaculación coronados por un orgasmo final más explosivo y seguido por una eyaculación. La mujer, por su parte, puede obtener el orgasmo vaginal, facilitar los orgasmos del punto G y la eyaculación femenina y también los orgasmos del clítoris y los anales.

    En este programa nos ocuparemos principalmente del impacto del músculo pubococcígeo sobre la sexualidad femenina, ya que las implicaciones masculinas están fuera de los alcances de este curso y son tratadas en otro sitio, www.pene-sano.com

    El músculo PC y los ejercicios Kegel

    Es obvio que los músculos de todo el cuerpo desempeñan una importante función en la sexualidad y en el proceso del orgasmo, pero también en nuestra manera de sentir y reaccionar. Una tensión muscular excesiva nos hace tiesos y limitados en las sensaciones que podemos experimentar, mientras que una insuficiencia del tono muscular o una excesiva flacidez nos hace lentos, flojos, poco sueltos en nuestra manera de expresar la vida que llevamos dentro.

    Si el tono general es importante, el del músculo pubococcígeo lo es particularmente a lo que respecta nuestra respuesta sexual. De hecho este músculo circunda y sostiene nuestros órganos genitales y el ano, permitiendo el control y la respuesta.

    Podríamos describir el músculo PC en términos técnicos y anatómicos, pero, en el objetivo de mantener un lenguaje accesible, hemos elegido utilizar el formalismo sólo cuando esto es imprescindible.

    El músculo PC cubre toda la extensión desde el hueso pubiano al cóccix y, a pesar de que haya diferencias de conformación entre el hombre y la mujer según las distintas funciones sexuales, su función es muy parecida. Está constituido por un conjunto de fibras musculares que se encuentran en la zona perineal de ambos sexos, envolviendo la vejiga y el canal de la uretra. En ambos sexos su papel es retener el flujo de la orina cuando orinamos, pero también el de impedir el aflojamiento del ano. En la mujer el músculo circunda la vagina (vea figura 6).

    El músculo está conectado con el nervio pudendo, nervio que recibe todas las sensaciones del clítoris y de la zona circundante, como los labios, la abertura vaginal, pero también el ano. El nervio pudendo hace también de intermediario entre el músculo PC y el cerebro y viceversa permitiendo las contracciones rítmicas del orgasmo clitorídeo, pero sobre todo vaginal. La parte más interna del músculo, la que se encuentra más cerca del útero está igualmente conectada con el nervio pelviano, uno de los nervios más importantes y complejos, directamente relacionado con los orgasmos del punto G y los orgasmos uterinos.

    El primer paso teórico en el descubrimiento del músculo pubococcígeo y de su importancia en la sexualidad ha sido hecho por Van de Velde quien, en su libro Ideal Marriage: Its Physiology and Techinque, hablaba de la importancia que podía tener en la sexualidad un buen control voluntario de la músculatura perineal y pubococcígea. No obstante, el primer médico que puso realmente en práctica este descubrimiento a través de una serie de ejercicios concretos ha sido el ginecólogo Arnold Kegel, quien es el verdadero padre moderno de la teoría e inventor de los ejercicios que llevan su nombre, los ejercicios Kegel.

    Estas técnicas han sido preparadas por Kegel a inicios de los años 1940 y no por razones sexuales, sino como método para combatir la incontinencia urinaria debida a la tensión. En vez de acudir a la cirugía, Kegel sometía a sus pacientes a ejercicios especiales cuyo objetivo era fortalecer y tonificar el músculo. Pronto se descubrió que estos ejercicios tenían también implicaciones en el rendimiento sexual de ambos sexos y hoy en día son conocidos sobre todo por eso.

    El músculo PC, aunque siendo poco conocido por la mayoría de la gente, se utiliza constantemente cuando orinamos o defecamos. A pesar de que el PC sea un músculo bastante ocupado, pocas personas son capaces de utilizarlo de manera completa y, sobre todo, no todas tienen este músculo suficientemente desarrollado. Es también una cuestión de constitución: hay personas que tienen músculos fuertes o prominentes hasta sin hacer ejercicios y hay músculos del cuerpo más desarrollados que otros, esto puede depender tanto de nuestra manera de vivir como de nuestra tipología somática.

    En algunas personas, el músculo pubococcígeo no es muy fuerte y tiende a perder el tono con la edad. En general, vale definitivamente la pena desarrollarlo: en efecto, aunque si no tenemos problemas sexuales, podemos siempre mejorar considerablemente la situación aumentando nuestro placer y nuestra respuesta sexual.

    Los ejercicios de entrenamiento del músculo PC son relativamente simples de hacer. Una vez que habrá aprendido a disociar el músculo, podrá ejercitarse en cualquier momento y lugar, en el trabajo, en auto, mirando la televisón o saliendo por la calle, porque las contracciones del PC son invisibles para los demás. Pero antes de llegar a eso, tendrá que aprender perfectamente a isolar el PC y utilizarlo voluntariamente, que es el paso más difícil.

    Kegel, aparte de crear sus ejercicios, inventó también un instrumento específico para controlar la calidad de las contracciones del músculo, que llamó perineómetro (vea figura 7). Se trata de un instrumento aproximado porque no sólo los resultados podían variar según las dimensiones de la vagina, sino también la forma del instrumento implicaba que éste fuera sostenido a mano durante el uso. Hoy existen instrumentos más avanzados, como el miógrafo vaginal (perineómetro electrónico) y el rectal, aptos para la medición de las contracciones femeninas, en el caso de las mujeres que sufren de vaginismo, o de las masculinas. Para tener un ejemplo de miógrafo vaginal vea figura 8. El rectal es casi idéntico, la única diferencia es que es más pequeño, obviamente. Estos instrumentos son normalmente disponibles en los despachos de ginecología o de urología, aunque si no todos los centros de consulta disponen de ellos.

    Existe también un problema inverso: el de un músculo pubococcígeo demasiado tenso. Una tal tensión puede ser momentánea o crónica. Generalmente las mujeres que sufren de vaginismo tienen un músculo pubococcígeo demasiado tenso, tan contraído al punto de provocar una penetración difícil y a menudo dolorosa durante el acto sexual. En este programa daremos también ejercicios de relajamiento, necesarios no sólo para la reposición de la forma del músculo después del entrenamiento, sino también para prevenir o tratar el vaginismo.

    En el programa veremos el grupo completo de las técnicas Kegel dedicadas a la sexualidad femenina. Comenzaremos con describir los primeros ejercicios Kegel, cuyo objetivo es reconocer el músculo e isolarlo adecuadamente. Estos primeros ejercicios son importantísimos y no pueden ser omitidos. Es obvio que en el caso de las mujeres vírgenes, ellas no pueden hacer algunos de estos ejercicios, porque implican la introducción de objetos fálicos en la vagina, pues si éste es su caso, limítese a hacer los que no requieren penetración de dedos u otros objetos. Isolar el músculo y aprender a controlarlo es fundamental para desarrollarlo. Si no se corre el riesgo no sólo de no obtener los resultados esperados, sino también de incurrir a incómodas compensaciones musculares, inflamaciones perineales y otros efectos indeseados.

    Sucesivamente estudiaremos las técnicas Kegel verdaderas con todas sus variantes. Bien seis capítulos y una entera parte están dedicados sólo a las técnicas Kegel, que servirán sucesivamente para desarrollara la capacidad de tener orgasmos del punto G, orgasmos vaginales, anales, incluso clitorídeos, sin contar la importante implicación de las eyaculaciones femeninas.